Cultura vacuna: Embutidos y genuine leather...
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"Jamonas y cueros"... Esto fue algo en lo que pensé de camino a casa. Últimamente es algo que ha rondado por mi cabeza. Cada país tiene culturas diferentes. En las culturas musulmanas la mujer es considerada hasta cierto punto inferior a los hombres. No tiene opinión política ni religiosa, y está sometida a la potestad de su padre o marido entiéndase, uno del género masculino. Algo característico es el uso de hiyabs, burkas, etc. A los que se refiere Doña Angélica (mi abuela) como "esos trapos raros" que usan las mujeres y les cubren el rostro, el cuello y la mayor parte de su cuerpo para así no "sonsacar" a los hombres y evitar que caigan en pecado. Aquella mujer que desista de esta práctica será considerada loca, infame y de dudosa reputación. Pero, ¿se limita esto sólo a las culturas musulmanas?


No son los hombres quienes nos han colocado las burkas, hemos sido nosotras mismas. Una maravillosa frase de Martin Luther King Jr. en el libro "Why we can't wait" y que nunca olvidaré es: "Sé todo lo que me dices acerca de lo que el hombre blanco le hace al negro, ¿pero qué hace el hombre negro por sí mismo?". ¿Qué hacemos las mujeres por nosotras mismas? El feminismo busca la igualdad, y con la igualdad viene la dignidad*.
* f. Cualidad de digno, que se comporta con decoro y se hace respetar: "Lo he perdido casi todo, pero conservo la dignidad".
Muchas mujeres a lo largo de la historia dieron su vida demostrando nuestro valor ante la sociedad, que somos tan valiosas como los hombres y que tenemos los mismos derechos. Pero no olvidemos, los derechos vienen junto a los deberes, y grandes mujeres como Rosa Parks, Eleanor Roosevelt, las hermanas Mirabal, Marie Curie, la Madre Teresa de Calcuta y muchas otras mas fueron siempre grandes ejemplos de dignidad.
Digo que como hermanas de género no nos condenemos las unas a las otras y que más bien luchemos por mantener la igualdad que tanto nos ha costado a lo largo del tiempo. Una de las mejores partes de ser mujer es el poder elegir, ¿Qué estudio? ¿Qué me pongo? ¿Cómo nombro a mis hijos? ¿Cómo me peino hoy? Ninguna de estas es una pregunta banal. Punto.
Lilula

